Franz Liszt fue uno de los más grandes pianistas de todos los tiempos. Pero no solo eso, también fue un gran ser humano al que Beethoven besó en la frente cuando era apenas un niño y de quien el gran Richard Wagner dijo que: “sin él, ustedes nunca habrían escuchado una sola nota de mi música”.
Tenía una salud y una personalidad frágiles. Al mismo tiempo, una extraordinaria inteligencia y una afabilidad natural. Vivía arrebatos místicos con cierta frecuencia y por eso fue paralelamente un hombre profundamente religioso y un seductor incorregible.
A diferencia de otros de sus contemporáneos, Franz Liszt no tenía debilidad de estar por encima de los demás. Celebraba los triunfos de otros músicos y les ayudaba a que crecieran, siempre que le fuera posible.
Amores tormentosos
Franz Liszt sobrevivía, en gran medida, de darle clases de música a los nobles. Así conoció a Carolina de Saint-Cricq y se enamoró perdidamente de ella. La familia se opuso a la relación, que terminó pronto y dejó a Liszt en una gran depresión.
Años después, y tras muchos amoríos fugaces, conoció a la condesa María d’Agoult. Ella era mayor que él y estaba casada. Sin embargo, el amor floreció de inmediato y los dos huyeron hacia Ginebra en agosto de 1831. Con ella tuvo tres hijos.
Al tiempo que sus composiciones se hacían más maduras y completas, la relación con María se deterioraba. Comenzó a tener romances furtivos, uno de ellos con la célebre bailarina Lola Montes. María se enteró de esto y dio por terminada la relación. Nunca lo perdonó, e incluso quiso arruinar la reputación de Franz Liszt.
Un final triste
Franz Liszt nunca dejó de cosechar éxitos, como compositor y como intérprete. Tras separarse de María anduvo errático algunos años y luego sintió de nuevo su vocación religiosa. Decidió convertirse en abad y a partir de entonces solamente compuso música religiosa.
En 1859, murió su único hijo varón, Daniel. Tenía tan solo 20 años. Fue un gran golpe para Liszt, del cual nunca se recuperó. Lamentablemente, tres años más tarde falleció su hija Blandine. Solo quedó viva su hija Cósima, quien terminó abandonando a su esposo porque se enamoró de Wagner, quien era el entrañable amigo de Franz Liszt.
Liszt jamás dejó de trabajar en la música. Tampoco de escuchar y aconsejar a otros músicos que lo consultaban. Cuando cumplió 60 años fue víctima de una hidropesía y estuvo al borde de la muerte. Esta solo llegó 15 años después, tras un gélido golpe de viento que recibió en un tren. Murió de complicaciones pulmonares el 31 de julio de 1886.
Otras efemérides del 31 de julio:
31 Julio de 1944 - Muere Antoine de Saint-Exupéry