Se trata de una de las figuras más relevantes, innovadoras e influyentes de la historia del jazz, junto con artistas como Louis Armstrong, Duke Ellington, Charlie Parker o John Coltrane. La carrera de Davis, que abarca cincuenta años, recorre la historia del jazz a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XX, caracterizándose por su constante evolución y búsqueda de nuevos caminos artísticos: Davis participa con igual fuerza del bebop y del cool, como del hardbop y de la vanguardia jazzística, sobre todo en su vertiente modal y de fusión con el rock.
El sonido de su trompeta es característico por su uso de la sordina de acero Harmon, que le proporcionaba un toque más personal e íntimo; el sonido es suave y melódico, a base de notas cortas, tendente al lirismo y a la introspección.
Murió a los 65 años en un hospital de Santa Mónica, California, a causa de una neumonía agravada por problemas respiratorios y un ataque cardiaco. El músico estadounidense había sido internado a comienzos del mes de septiembre.
Davis, cuya salud flaqueaba desde hacía varios años, recibió cuidados a causa de una diabetes aguda, y había sido operado de una cadera. En los años cincuenta tuvo problemas de adicción a la heroína y cocaína, por lo que se sometió a una cura de desintoxicación. Sus dos hermanos estaban junto a él cuando murió.
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